INTRODUCCIÓN

Entre 1870 y 1914, las grandes potencias europeas, encabezadas por Reino Unido y Francia, protagonizaron una expansión imperialista por Asia y África, caracterizada por la ocupación y explotación exhaustiva de los territorios conquistados. Dicha expansión provocó conflictos internacionales a causa del reparto del mundo.
En esta expansión imperialista también participaron, en menor medida, Japón y Estados Unidos, que empezaban a perfilarse como nuevas potencias fuera del ámbito europeo.
Al finalizar la Primera Guerra Mundial, empezaron a aparecer síntomas de crisis en los grandes imperios coloniales. Los movimientos nacionalistas se fortalecieron y la opinión pública rechazaba el  el colonialismo cada vez con mayor fuerza.
A pesar de esto, no fue hasta la Segunda Guerra Mundial que se inició una profunda crisis en el sistema, que dio lugar a la descolonización.
Tras la IIGM se declaró la decadencia de los imperios europeos y el movimiento de emancipación de las colonias. Los imperios europeos se fragmentaron en distintos nuevos estados.

La descolonización es uno de los procesos más trascendentales de la historia. Los nuevos países se caracterizaron por el intento de no aliarse con ninguno de los dos bloques y por el subdesarrollo que tuvieron que superar.
Estas nuevas naciones conjuntamente con los países latinoamericanos  formaron lo que la economista francés Alfred Sauvy llamó "tercer mundo", por algunos paralelismos con el tercer estado durante la Revolución Francesa de 1789.

La descolonización diseñó un nuevo mapa del mundo, pero el trazo de las fronteras creó numerosos conflictos.


¿Qué es la descolonización?

Con el nombre de descolonización definimos el proceso de independencia de los territorios que estuvieron dominados por los grandes imperios europeos.
Los imperios coloniales se fragmentaron en numerosos nuevos países en África, Asia y Oceanía. En ese momento se elaboró un mapa del mundo muy parecido al actual.